Inicio

BAJONAZO: Fue un feo bajonazo el que dio el juez Ricardo Balderas la tarde del domingo en la México, al otorgar ese rabo a Pablo Hermoso de Mendoza sin que nadie lo hubiera solicitado y se escuchó un sonoro concierto de mentadas para el biombo como nunca antes. Y el cavaleiro, que ninguna culpa tuvo, más que el de hacer una sensacional faena, inteligentemente lo tiró a la arena y se convirtieron los insultos en sonoras aclamaciones festivas. Pero no podrá presumirlo orgullosamente como su tercer rabo en la Plaza México. Ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre o lo que es lo mismo, el juez le corrió el toro al revés a todo mundo. Y está colocando al público en contra de la fiesta por la falta de seriedad. Una seriedad de que está investida desde siempre y a la que hay que respetar. El público quiere ser protagonista de su fiesta y por eso paga para tener derecho a un buen espectáculo. Y sobre todo que el reglamento involucra al público a participar en la premiación en cuanto a la primera oreja se refiere y con derecho a censurar en los demás premios. Da la impresión que desde el biombo quieren desarticular la fiesta, unas veces premiando con exceso, como el domingo; otras escatimando los trofeos y otras escamoteando los trofeos o como se diría vulgarmente robando los trofeos. Lo cierto es que hay un desconcertante ambiente orquestado para perjudicar a alguien en especial, pero que indirectamente la que está pagando los platos rotos es la fiesta, que entre esos vaivenes la están hundiendo, cuando se pensaba que ya estaba tomando el camino correcto. Se vio un triste espectáculo al final de la corrida cuando un grupo de policías escoltó al juez Ricardo Balderas y a su asesor Jesús Morales, quienes apenas podían articular palabra y con el rostro desencajado. Dieron la impresión que se declaraban culpables de ese desagradable suceso provocado por la concesión de ese rabo, que aunque oficial, no se escribirá con letras de oro en esa enorme placa de honor sino en vil cobre. Es urgente que el jefe de gobierno del Distrito Federal tome cartas en el asunto y dé instrucciones precisas a sus subalternos que se haga una investigación al respecto sobre lo que está sucediendo en la Plaza México, concretamente en el palco de la autoridad, pues quiérase o no, los que ahí están son sus representantes que deben cuidar su imagen y hacer respectar las leyes y los reglamentos. Nos hemos enterado de que está por reventar esa situación y hay un grupo de aficionados y taurinos que se reunirán para que se proceda a una investigación por esa situación y que se vaya hasta las últimas consecuencias.