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*Lo único que mostró de torero, ha sido el precioso vestido que saco y los avios de torear.

*Cierto que el toro de José Julián Llaguno ha sido manso y complicado, pero habría que lidiarlo con oficio, que el torero no mostró.



Pocas veces me gusta criticar a los toreros y menos, referirme a ellos como unos miedosos y carentes de oficio y técnica, ya que todo el que se viste de luces merece mi respeto, pero está tarde, en el octavo festejo de la temporada, en la monumental de Cancún, se ha presentado, Jesús de Fariña, quien dice haber nacido en Huelva, España, y vino a hacer su debut, pero la verdad ha estado fatal, ya que se le ha visto medroso, carente de oficio, ya que con el cuento de ser un torero de corte artista, no ha querido ni espantarle las moscas a “Cadete” un cárdeno claro, bien puesto de pitones, de José Julián Llaguno, que ha sido manso, embistió topando, pero como todos los toros, este tenía su lidia, pero Jesús, no quiso ni siquiera espantarle las moscas, después de que el toro le hiciera un extraño, cuando intentó el toreo en redondo, con la mano diestra, en los primeros compases del trasteo, con la muleta, pues visiblemente, dejó ver que tenía mucho miedo y de inmediato se fue, por la espada, y se perfiló a matar, asesinando al toro de un feo sartenazo, en los blandos, que provocó abundante derrame por el hocico del toro, para irse a la barrera ante un silencio sepulcral, que le dedicó la plaza entera.

Que pena que venga este tipo de gente, que se dice matador de toros, a quitar puestos a toreros nacionales, que de verdad se arriman y de verdad quieren ser toreros, y que cuando menos tienen más vergüenza y pundonor, que este señor que partió plaza hoy acá en Cancún y no es que pequemos de nacionalistas, pero cuando vengan toreros como los españoles que han partido plaza, esta temporada, como Víctor Manuel Blázquez, que dejó un grato sabor de boca, o como el valenciano Oscar Sanz, o como Antonio Gaspar “Paulita”, quienes de verdad se justificaron en el ruedo, pues bienvenidos, pero señores como este por favor no los queremos volver a ver por acá.



POR: CARLOS MENDOZA ARCHUNDIA.
Nota personal e intranferible: Lo siento Sr. Mendoza. Lo siento de todo corazón por no tener el valor de dejarme pegar tres o cuatro cornadas por el complicadísimo toro, como hubiera sido segun leo su deseo.

Si usted no los ve como yo, la cuadrilla y los aficionados lo vimos desde el recibo de capa, aprenda hombre que no es tan dificil. Solo es cuestión de fijarse y ver como llega el toro hacia el torero, hasta donde pasa y como se vuelve hacia lo que deja atras.
Siento también salir bien vestido de torero a pesar de no ser figura, lo cual en estos tiempos de mediocridad estética está mal visto por casi todos los escribientes como usted, que ven en esto altanera presunción y no sincera toreria.
Siento tener los avios de torear impecables.
Siento crearle dudas de haber nacido en Huelva, donde todos tenemos que tener la raza y el valor de los "Litris" y los "Chamacos" porque sino parece que no somos de esa bendita tierra y mucho menos buenos y eso sí, le agradezco infinitamente que no tenga usted de mi un concepto de asalariado o trabajador que se debe justificar cuando lo contratan para torear un toro que "topaba" como usted dice, pero le añado, buscando la yugular de uno, Despues añade "PURO CUENTO" como no hace mucho pensaba de mi otro compañero en menesteres de usted.
Topar no es embestir que yo sepa. El día que se me vaya un toro bueno embistiendo sin pegarle unos pocos "a mi aire" con capa y muleta tenga usted la completa seguridad que me quito en el acto de esto. A Dios gracias hasta la fecha ningun compañero suyo me ha criticado jamas porque se me haya ido un buen toro.
A mi me contratan para matar los toros y el toro este, que yo sepa, ya se lo habran hasta comido. Lo de torear es cuando se puede ¡hombre de Dios!

Por último comentar que torearé este año nuevamente en Cancún, ya que la empresa consideró que sería justo verme de nuevo con un toro menos corraleao y mejor de vista e ideas. También lo siento por usted en esto último, pero no por mí.
¡Ay! que trabajito cuesta el ser uno mismo... y cuantos sinsabores...

Jesus de Fariña